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VISIÓN CRÍTICA DE LA SEMIOLOGÍA DE LA VIDA COTIDIANA


Desde hace tiempo he venido oyendo a cerca de la Semiología de la Vida Cotidiana, un nombre que se antoja interesante y que resulta ser bastante pretencioso y que, sin embargo, atrae a mucha gente por los supuestos beneficios que estos programas de aprendizaje prometen. Este programa “educativo” fue creado por el mexicano Alfonso Ruiz Soto, abogado y doctor en Letras en la Universidad de Oxford, Inglaterra. Basándose en principios netamente psicológicos, sociológicos y semióticos crea un sistema de conceptos digeridos para que los consumidores cautivos de este tipo de “ayudas” conecten con mucha facilidad con su sistema de pensamiento, adhiriendo su búsqueda de sentido a las “mágicas” palabras de semejante personaje.

Cuando alguien crea un nuevo modelo, en la precariedad de creatividad en la que vivimos en los comienzos del siglo XXI, lo que en verdad está haciendo es un pegote de diferentes modelos, un revoltijo de conceptos y, principalmente, una modificación de la terminología a manera de que no se evidencien los plagios de ideas. Otra estrategia es cambiarle el sentido a los términos de uso común aceptados por el consenso social; esto no es malo, sobre todo si se basa en la fundamentación etimológica como punto de partida para entender la evolución de los vocablos y los conceptos; es grave cuando un personaje sólo quiere generar un vocabulario para imponerlo y ser así la única autoridad sobre su manejo, quien dicta las leyes semánticas para su interpretación.

Y así es como Alfonso Ruiz vende su amasijo conceptual, como un nuevo modelo, con el cual se pueden ver “beneficiados” gente de todos los sectores, de todas las edades, de todos los ámbitos, puesto que propone emplazar todo al “centro de la conciencia” para “mejorar la calidad de vida” de sus estudiantes.Y al escuchar estas frases sólo puedo recordar a Miguel Ángel Cornejo, motivador de la excelencia empresarial en la década de los 90’s, o a los más contemporáneos César Lozano y Jordy Rosado, ninguno de ellos estudió psicología pero hablan de conocer a la perfección las razones y motivos del comportamiento humano. Todos ellos personalidades mediáticas cuyas palabras llegan a gente desprevenida, sin filtro. Todos ellos diciendo frases de escaso contenido, pero que generan hondo eco en las atribuladas almas de las personas que han perdido la brújula de la razón a causa de las perturbaciones emocionales que experimentan.

Así pasa con Alfonso Ruiz y su Semiología, nombre que le queda muy grande a lo que él realiza en sus cursos de motivación engañosa. La mayor parte de los semiólogos, empezando por Sassure y Peirce romperían en llanto con los manejos terminológicos que hace el mexicano. La mayor parte de los psicólogos seguimos sin dar crédito a su cinismo lingüístico ni a su poder de convocatoria. Pero tratemos de analizar qué le da a Alfonso y su SVC tanto magnetismo e influencia.

1. Utiliza términos exhaustivamente explicados e investigados por científicos, investigadores, escuelas de semiología, filosofía, antropología y psicología, lo cual asegura la veracidad de sus palabras.

2. Asegura que él y sus discípulos, sobre todo él, ha descubierto cosas que otros sistemas de conocimiento han ignorado. Esto lo hace casi cualquier corriente de pensamiento.

3. Conoce bien su mercado, sabe de los conflictos de tipo emocional por el que atraviesan la mayoría de las personas que convoca a sus conferencias y cursos.

4. Sabe cuáles son los anzuelos perfectos para que este tipo de gente se acerque y escuche con atención sus prédicas.

5. Su discurso está plagado de imprecisiones, exageraciones, hipérboles, perífrasis, predicados de valor que constan de atributos sentimentales sin contenido real. De estos vicios lingüísticos he aquí unos ejemplos:

Plenitud extra ordinaria

FascinanteMagníficas noticias

Contexto significativo privilegiado

PuntualmenteVerdaderamente interesante

Extraordinaria claridad

Respuesta esplendorosa

Absolutamente fundamental

Verdaderamente asombroso

Verdaderamente expectacular

Absolutamente fundamental

Absolutamente central

Noten la reiteración del estilo, la terminación “mente” la utilizan en demasía quienes pretenden pausar el discurso en lo que piensan su siguiente acometida verbal; el “grandiosismo” que maneja es aturdidor, el simulacro de erudición es convincente.Sobre éste último punto vale la pena hacer una aclaración, los adjetivos adverbializados se vuelven vicios lingüísticos cuando se utilizan desproporcionadamente, en esto se incurre generalmente por pobreza lingüística o por estrategia, para poder generar mayor impacto en quienes presentan esta limitación en el uso de palabras y significados.

En resumen ¿qué ofrece la Semiología de la vida cotidiana que no ofrezca un proceso terapéutico grupal o individual? La respuesta es el show del que se encuentra parado sobre el escenario, la posibilidad de que de pronto la persona se vea envuelta en una vorágine de nuevos conceptos lo suficientemente vacíos como para que cualquiera los llene con sus propias vivencias y sus frustraciones –se hace así a manera de que el interlocutor del conferencista se sienta comprendido-; ofrece la sorpresa de, sin darse cuenta, estar firmando un contrato que compromete al incauto participante a seguir un programa de aprendizaje “si quiere de verdad ser consciente para mejorar su calidad de vida”.

Un programa de estos cuesta 1,200 pesos, una cantidad nada despreciable pero que es relativa, es poco si de verdad las personas transforman su consciencia, la idea que nos vende Alfonso, y es mucho si sólo se trata de retahílas que la gente se aprende y se acostumbra a decir cuando la intensidad emocional rebasa su capacidad para resolver cualquier conflicto, frases digeridas con las que ocultan su verdadero sentir respecto a lo que sucede.Y claro que la gente acaba diciendo que estuvo muy bien la plática, esto por un ajuste del inconsciente puesto que en la lógica proposicional podemos decir:

a. (Es lógico pensar) Sólo los tontos hacen un gasto innecesario (en una plática de varias horas que no conduce a nada).

b. Acabo de gastar esa cantidad de dinero en una plática de varias horas.

Estas dos proposiciones nos deben arrojar solamente dos conclusiones posibles:

x. Soy un tonto porque me gasté en balde ese dinero ó

y. (Como no soy un tonto y dado que gasté ese dinero) La plática debió ser satisfactoria.

Y lo que pasa es que la gente no es tonta, está buscando realmente una solución a su conflicto, y es válido buscar consejería, pero hay que tener cuidado con quien nos la ofrece, con aquellos que prometen que nuestra vida dará un giro radical y que se acabarán nuestros problemas. El asunto es que preferimos evitar el juicio que hacemos de nosotros mismos, así se da el ajuste y quedamos tranquilos.

Es un problema grave que las marejadas emocionales nos vuelvan tan susceptibles y crédulos, pero es más grave aún que aquellos que saben algo de estos estados de confusión afectiva e intelectual se aprovechen de ellos para vender como quieran sus productos o servicios. Por ello es importante hacer una lectura crítica de lo que Alfonso nos propone, puedes encontrar su material en youtube, puedes poner atención a su discurso y darte cuenta que si bien es atractivo lo que dice, ello no implica que sea cierto, además que el problema no es tanto lo que dice, sino cómo lo dice, es en este punto donde se encuentra la trampa.Recuerda que el diablo está en loss. detalles.

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